Alejandra González, filósofa, ensayista, profesora de la Universidad de Buenos Aires, de la Universidad Nacional de Avellaneda y de la Universidad del Salvador, y sobre todas las cosas activista peronista, reflexionó en "Panorama Federal" sobre el peronismo en el Día de la Lealtad. "Preguntarse a qué somos leales es la pregunta fundamental en este tiempo", aseguró González, y si la lealtad con las humilladas y los humillados, con el hogar común de humanos, animales y plantas maltratado por el extractivismo tiene sentido, entonces "le debemos lealtad a un peronismo que falta en este momento". La filósofa consideró que "el peronismo no se puede construir simplemente como uno más en un diálogo liberal dentro de una crisis de la democracia representativa, sino ese peronismo que siempre tuvo que ver con la irrupción violenta, sorpresiva, de un pueblo en reclamo de sus derechos, ligado por una alegría descomunal frente a un triunfo", Además, la ensayista explicó que el peronismo "es el pueblo que aparece como acontecimiento. Antes que nada el peronismo es esa irrupción y estar siempre del lado del 'más jodido' ". A eso que hoy debemos ser leales, "es a eso que está faltando, en la medida que se ha trasmutado en una opción más dentro de una panoplia de partidos políticos", cuestionó. Asimismo, para salir del atolladero de la democracia liberal en crisis, González propuso el peronismo que Leonardo Favio vio en su arte cinematográfico: "el que escucha su condición esencial, su movimientismo, su relación con la clase trabajadora, con las mujeres en ciertos feminismos (no en todos, por supuesto), muy ligados al cuerpo, no sólo de ellas sino de la Tierra violentada y explotada. Me parece que hay algo de eso que nos hace decir con orgullo 'que somos peronistas' ". La filósofa recordó el mensaje ambientalista de Perón del año 1972, que "está pensado desde la defensa de las comunidades campesinas, más que defensa, su capacidad productiva, su capacidad de establecer mundos nuevos". En este sentido, la ensayista problematizó " el proceso de abstracción que significa el urbanismo creciente, la pérdida del contacto con la tierra, el hecho de que los animales no aparecen más que fragmentados en las góndolas de los supermercados, comemos frutas y verduras congeladas y sin gusto. Es una situación que nos aleja muchísimo de esa experiencia de la tierra de las comunidades originarias, campesinas, fundamentalmente de las mujeres, que dan cuenta de todos los horrores que se están cometiendo contra el cuerpo de la mujer de la Tierra: la deforestación, el incendio de los humedales, la agro-tecnología vinculada a los agrotóxicos y las semillas transgénicas". Por esa razón, la docente afirmó que "hay una lucha enorme de esos sectores que el peronismo tiene que escuchar". Y propició: "tenemos que estar atentos para no caer en una perspectiva puramente desarrollista que sacrifique nuestros cuerpos en el altar de la rentabilidad capitalista".