April 19, 2025 16:14
00:00 / 06:56
14 reproducciones
Hace un año y cuatro meses las y los Argentinos somos inquilinos en nuestra patria, que, a tenor del RIGI y de la Ley Bases, se ofrece baratita, al mejor postor, Buitre o Golondrina. Es parte del plan pergeñado por los tanques del pensamiento que manejan la IA para nuestro hemisferio. Cual pluma al viento, el personaje que funge de presidente, después de prometer que seríamos como Alemania o Irlanda, ahora dice aspirar a un futuro a la Peruana, país en que la desigualdad, la violencia y la corrupción política están a la orden. El Bullyng, la estigmatización hacia los “marrones” o las personas “diferentes”, la mercantilización del cuerpo de niños, niñas y adolescentes, negar el alimento, o quitar medicamentos a quienes los necesitan, son violencias que pretenden que naturalicemos, mientras aturden con la imbecilidad de los medios hegemónicos. A la par de las relaciones humanas, la degradación institucional se ha instalado. Hecha trizas la Constitución Nacional por un poder judicial revolcado en la mugre de su propia corrupción, dispuesto a perseguir y proscribir a líderes populares, va llegando al fondo del sótano moral. En época de universal engaño hay que gritar la verdad. Decir que el combate es por defender la condición de humanidad, frente a la bestialidad. Que no integran el linaje humano quienes deploran la masacre de niños y niñas si son de una nacionalidad, pero les resultan indiferentes los de otra. No es compatriota todo el nacido en esta tierra, sino quien sabe defenderla. Tampoco pertenece a mi pueblo el que goza con el dolor a mujeres, jubiladas y jubilados, niños y niñas. De ninguna manera forma parte de mi gente esa ministra macerada en Malbec que brindó cuando su jauría lanzó una granada a la cabeza de Pablo Grillo. No son compatriotas quienes disfrutan por el cierre de fábricas, y especulan con llenar la góndola de mierda importada, ni los que aplauden el despido de trabajadores, por cumplir el sueño de la oligarquía que busca destruir al Estado para derribar controles y reglas que, en beneficio de todos, solo la buena administración pública puede imponer. No son gente de bien quienes forjan la cadena del endeudamiento para favorecer a los fondos buitres y profundizar la dependencia del país bajo un imperio en decadencia. Este tiempo atroz pasará, porque los canallas que hoy nos gobiernan, mandan a fuerza de amedrentar y aturdir a las mayorías, pero no pueden someter a todos todo el tiempo, y su fracaso ya golpea a la puerta del pueblo. Pronto será hora de la reconstrucción. Nadie podrá salvarse solo. Se necesitará una dirigencia sincera capaz de organizar a las grandes mayorías que aspiran a una vida humana con justicia social. Deberá contar con un pueblo movilizado, consciente, decidido a protagonizar, una vez más, la defensa de la Democracia, que exige asumir formas más participativas. Porque nadie se realiza en una patria que no se realiza. Solo el pueblo salvará al pueblo. Leer más
Hace un año y cuatro meses las y los Argentinos somos inquilinos en nuestra patria, que, a tenor del RIGI y de la Ley Bases, se ofrece baratita, al mejor postor, Buitre o Golondrina. Es parte del plan pergeñado por los tanques del pensamiento que manejan la IA para nuestro hemisferio. Cual pluma al viento, el personaje que funge de presidente, después de prometer que seríamos como Alemania o Irlanda, ahora dice aspirar a un futuro a la Peruana, país en que la desigualdad, la violencia y la corrupción política están a la orden. El Bullyng, la estigmatización hacia los “marrones” o las personas “diferentes”, la mercantilización del cuerpo de niños, niñas y adolescentes, negar el alimento, o quitar medicamentos a quienes los necesitan, son violencias que pretenden que naturalicemos, mientras aturden con la imbecilidad de los medios hegemónicos. A la par de las relaciones humanas, la degradación institucional se ha instalado. Hecha trizas la Constitución Nacional por un poder judicial revolcado en la mugre de su propia corrupción, dispuesto a perseguir y proscribir a líderes populares, va llegando al fondo del sótano moral. En época de universal engaño hay que gritar la verdad. Decir que el combate es por defender la condición de humanidad, frente a la bestialidad. Que no integran el linaje humano quienes deploran la masacre de niños y niñas si son de una nacionalidad, pero les resultan indiferentes los de otra. No es compatriota todo el nacido en esta tierra, sino quien sabe defenderla. Tampoco pertenece a mi pueblo el que goza con el dolor a mujeres, jubiladas y jubilados, niños y niñas. De ninguna manera forma parte de mi gente esa ministra macerada en Malbec que brindó cuando su jauría lanzó una granada a la cabeza de Pablo Grillo. No son compatriotas quienes disfrutan por el cierre de fábricas, y especulan con llenar la góndola de mierda importada, ni los que aplauden el despido de trabajadores, por cumplir el sueño de la oligarquía que busca destruir al Estado para derribar controles y reglas que, en beneficio de todos, solo la buena administración pública puede imponer. No son gente de bien quienes forjan la cadena del endeudamiento para favorecer a los fondos buitres y profundizar la dependencia del país bajo un imperio en decadencia. Este tiempo atroz pasará, porque los canallas que hoy nos gobiernan, mandan a fuerza de amedrentar y aturdir a las mayorías, pero no pueden someter a todos todo el tiempo, y su fracaso ya golpea a la puerta del pueblo. Pronto será hora de la reconstrucción. Nadie podrá salvarse solo. Se necesitará una dirigencia sincera capaz de organizar a las grandes mayorías que aspiran a una vida humana con justicia social. Deberá contar con un pueblo movilizado, consciente, decidido a protagonizar, una vez más, la defensa de la Democracia, que exige asumir formas más participativas. Porque nadie se realiza en una patria que no se realiza. Solo el pueblo salvará al pueblo.
Etiquetas: democracia participativa ia pueblo
Aportá a Radiocut