September 05, 2023 10:04
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UNA MIRADA DIFERENTE SOBRE EL ESCENARIO INTERNACIONAL +++EDITORIAL+++ Por lo general, cuando hablamos de los imperios históricos, hacemos referencia a la cultura, la ciencia, la lengua, etcétera, de pueblos que dominaron a otros e impusieron pautas que dejaron huellas más allá de sus propias metrópolis, de sus propios centros de poder. Podemos citar a los persas, a los otomanos, a los griegos, a los romanos y a otros imperios más pequeños, en dimensiones e influencias. Todos dejaron marcas de sangre en su camino de conquista y dominio. A lo largo de la historia, el filo de la espada atravesó los cuerpos de los conquistados y dominados con mayor o menor profundidad. Se produjeron masacres a lo largo de tiempo que reflejan la inmensa fragilidad de la dimensión humana. América Latina, no escapó de esa lógica de muerte con un genocidio que acabó con la vida de millones de seres humanos nativos de estas latitudes. Sin embargo, el país del que vamos a tratar en esta edición, produjo un genocido de dimensiones que escapan a cualquier entendimiento. El pueblo alemán produjo el Holocausto, que hace referencia específicamente a la muerte de seis millones personas por su condición de judíos como parte de un genocidio mayor que llevó a la desparición de un total de 12 millones de seres humanos por sus ideas, por sus creencias o por sus pensamientos políticos. Y sin contar la muerte de los soldados que combatieron al régimen nazi y a sus aliados. La Alemania nazi, constituye uno de los territorios más inexplicables de aquella condición humana de la que hablamos hace un momento. Sin olvidar y sin perdonar, decimos que Alemania, es hoy, un actor más, un actor importante, en el escenario de la geopolítica y exhibe las luces y las sombras de una cuestionada modernidad. Entrevista al periodista Diego Gonzalez Read more
UNA MIRADA DIFERENTE SOBRE EL ESCENARIO INTERNACIONAL +++EDITORIAL+++ Por lo general, cuando hablamos de los imperios históricos, hacemos referencia a la cultura, la ciencia, la lengua, etcétera, de pueblos que dominaron a otros e impusieron pautas que dejaron huellas más allá de sus propias metrópolis, de sus propios centros de poder. Podemos citar a los persas, a los otomanos, a los griegos, a los romanos y a otros imperios más pequeños, en dimensiones e influencias. Todos dejaron marcas de sangre en su camino de conquista y dominio. A lo largo de la historia, el filo de la espada atravesó los cuerpos de los conquistados y dominados con mayor o menor profundidad. Se produjeron masacres a lo largo de tiempo que reflejan la inmensa fragilidad de la dimensión humana. América Latina, no escapó de esa lógica de muerte con un genocidio que acabó con la vida de millones de seres humanos nativos de estas latitudes. Sin embargo, el país del que vamos a tratar en esta edición, produjo un genocido de dimensiones que escapan a cualquier entendimiento. El pueblo alemán produjo el Holocausto, que hace referencia específicamente a la muerte de seis millones personas por su condición de judíos como parte de un genocidio mayor que llevó a la desparición de un total de 12 millones de seres humanos por sus ideas, por sus creencias o por sus pensamientos políticos. Y sin contar la muerte de los soldados que combatieron al régimen nazi y a sus aliados. La Alemania nazi, constituye uno de los territorios más inexplicables de aquella condición humana de la que hablamos hace un momento. Sin olvidar y sin perdonar, decimos que Alemania, es hoy, un actor más, un actor importante, en el escenario de la geopolítica y exhibe las luces y las sombras de una cuestionada modernidad. Entrevista al periodista Diego Gonzalez