June 14, 2017 17:40
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Marina Wallinger es licenciada en nutrición, docente de la UNLa y una de las integrantes de la investigación sobre el uso de la stevia. La stevia (Stevia Rebaudiana Bertoni) es un arbusto originario de Paraguay, Brasil y del norte argentino. En Paraguay se la llama “ka’a he’e” (“hierba dulce” en guaraní), sus hojas molidas son 30 veces más dulces que la caña de azúcar, y siempre que se ha investigado sobre ella, los beneficiarios fueron los sectores industriales. Sin embargo, este estudio permitiría una transferencia tecnológica y educativa a la comunidad y los pequeños productores. La stevia es un edulcorante no nutritivo, es decir que aporta dulzor a las preparaciones, pero no aporta calorías y no tiene efectos adversos. Desarrollar este producto a micro escala, sostiene Wallinger, mejoraría el acceso a un producto alimenticio de bajo costo y saludable, como así también permitiría una transferencia tecnológica y educativa a la población. Su estudio contempla cuatro ejes: el cultivo de la stevia de manera agroecológica en la huerta de la Universidad; la inclusión de procesos tecnológicos de baja complejidad y evaluación de sus características físicas para la producción y consumo; transferencia tecnológica a pequeños productores y la comunidad; y por último, la difusión de los beneficios de este producto en reemplazo de edulcorantes artificiales. Read more
Marina Wallinger es licenciada en nutrición, docente de la UNLa y una de las integrantes de la investigación sobre el uso de la stevia. La stevia (Stevia Rebaudiana Bertoni) es un arbusto originario de Paraguay, Brasil y del norte argentino. En Paraguay se la llama “ka’a he’e” (“hierba dulce” en guaraní), sus hojas molidas son 30 veces más dulces que la caña de azúcar, y siempre que se ha investigado sobre ella, los beneficiarios fueron los sectores industriales. Sin embargo, este estudio permitiría una transferencia tecnológica y educativa a la comunidad y los pequeños productores. La stevia es un edulcorante no nutritivo, es decir que aporta dulzor a las preparaciones, pero no aporta calorías y no tiene efectos adversos. Desarrollar este producto a micro escala, sostiene Wallinger, mejoraría el acceso a un producto alimenticio de bajo costo y saludable, como así también permitiría una transferencia tecnológica y educativa a la población. Su estudio contempla cuatro ejes: el cultivo de la stevia de manera agroecológica en la huerta de la Universidad; la inclusión de procesos tecnológicos de baja complejidad y evaluación de sus características físicas para la producción y consumo; transferencia tecnológica a pequeños productores y la comunidad; y por último, la difusión de los beneficios de este producto en reemplazo de edulcorantes artificiales.
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