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++++EDITORIAL DE LARRY LEVY++++++ Suele decirse, como lugar común, que la derrota es huérfana. Por lo menos nadie quiere hacerse cargo, porque el costo es definitivamente alto, y algunos piensan que puede significar la muerte política de quien reconozca responsabilidades. Pero lo que sí, tiene la derrota… es un montón de exégetas que explican el porqué, y a veces acompañan esa explicación con recomendaciones de como evitar un futuro contratiempo. En fin, siempre hubo explicadores contrafácticos. Después de la victoria de Milei, la explicación más evidente, y casi como común denominador de todo el campo nacional y popular, gira en torno a la profunda crisis de representatividad de la dirigencia política. El desgaste de los personajes, la sensación de que ciertos actores están atornillados a sus sillas, caen siempre parados y la poca o nula capacidad de recambio en las cúpulas. En tanto, la sensación de orfandad de la militancia, multiplica el desconcierto y ahuyenta la participación. Pero, nada nuevo bajo el sol, si consideramos sólo las expectativas y no miramos la praxis política que debe acompañar a cualquier proyecto político. No sólo el enunciado de un programa asegura el voto de quien se acerca a la urna el día de la elección. Y por supuesto, no se puede subestimar la fuerza del poder real, ese poder que está detrás de cada esquina, detrás de cada puerta, detrás de cada paso que damos. Supongo que para estos tiempos de violencia institucional, que dice querer prescindir del Estado, pero lo usa para imponer su modelo, es bueno para TODO el campo nacional y popular conversar, charlar, debatir tratando de evaluar los actores en el campo de batalla. Aunque casi seguro estoy que la realidad nos va a sorprender antes de que lleguemos a conclusiones. Para eso hay que estar preparado.

+++++++EDITORIAL DE LARRY LEVY+++++++ Para muchos de nosotros, los que estamos desde hace mucho en el ámbito de la comunicación, no nos resulta difícil describir o contar el acontecer social o político. Con mayor o menor precisión, con más o menos pluma lustrosa, el relato fluye con la facilidad que da el ejercicio de la profesión. Sin embargo, desde hace un tiempo, se hizo mucho más complejo argumentar o explicar porqué suceden determinados eventos, que antes eran anticipables para los editorialistas periodísticos. También es cierto que, como pasa con los políticos, los periodistas también nos devaluamos frente a un público que quizás se sienta decepcionado por los política y la prensa. Sin embargo, la sensación es que estamos viviendo un momento histórico de cambio de paradigmas. La democracia es apenas un enunciado sin contenido que puede soslayarse, obviarse y no pasa nada. La construcción de una propaganda, de un mensaje lejano a la narrativa histórica, intelectual o periodística y cercano a los intereses de los poderosos, está produciendo un desconcierto que sólo muy pocos teóricos se animan a pensar... y menos aún a desafiar. Y el poder, con astucia, manipula los resortes más primarios de la sociedad. La construcción de un otro a quien odiar… enunciados místicos y pseudoreligiosos que no necesitan ser argumentados para ser publicados y fundamentalmente usan la anulación de la reflexión como recurso de anclaje con la realidad. Todo este bagaje de desconcierto, debería ser abordado de manera colectiva y multidisciplinaria. Por eso y para eso, hoy invitamos a quien se hace muchas preguntas e intenta más respuestas.

++++EDITORIAL DE LARRY LEVY++++ Nadie duda que estamos en medio de una crisis. Tampoco dudo de que esta crisis está provocada. No sólo la devaluación del 128%, ni la inflación fogoneada desde el gobierno, ni los aumentos bestiales del transporte y los servicios públicos… todo eso junto, no son todas las causales de la crisis. Existe un trabajo de diseño de opinión pública y de sociedad que se viene gestando desde hace más de una década. La derecha trabaja a largo plazo e invierte importantes recursos en esos cambios de impronta y marcas en la construcción de nuevos entornos y sujetos sociales. También aprendió —la derecha— a neutralizar el mensaje de quienes abogamos por una sociedad basada en la solidaridad, la justicia y la igualdad, todos esos conceptos ligados al movimiento nacional y popular heredero de una historia militante del siglo XX. Milei, probablemente, se convierta en una horrible anécdota de nuestra historia. Pero todavía no visualizamos la moraleja y ni siquiera la empezamos a escribir. La democracia, tal como la ejercemos hoy, no parece consolidar los logros que la enarbolan a sí misma como el sistema de gobierno posible. Y resulta claro que los políticos están sumergidos en una crisis real de representatividad. Es aquí donde la sociedad comienza a medir su propia fuerza para gestar nuevos modelos de representación y organización política. Esto es apenas una básica reflexión que, sin dudas, se legitimará con la acción de los protagonistas y actores sociales que desde abajo, casi invisibilizados por la tragedia, comenzarán la escritura de esa moraleja de como perpetuar la dignidad de un pueblo.

Invitado: Carlos Raimundi ++++++++++EDITORIAL DE LARRY LEVY++++++++++ Estamos en pleno huracán libertario. Así podríamos definir en pocas palabras, y con cierta liviandad, el momento político por el que atravesamos. Pero la clave para entender y superar la adversidad político-climática es entender con claridad si el fenómeno es natural o provocado. Con un buen diagnóstico, las consecuencias pueden ser reversibles o, en el peor de los casos, sus efectos controlados y reparados. En verdad, y para ser fiel con la historia, el fenómeno no tiene nada de nuevo, pero lo que si es novedoso es la velocidad del viento y la profundidad de la inundación que genera esta tormenta. Saliendo de la metáfora climática, Milei es una expresión colorida y patética del conservadurismo más atávico, más tradicional... cuyos resultados los conocemos muy bien y los hemos enfrentado con mayor o menor éxito en el pasado. Si hay algo por lo cual autocriticarnos, es no haber podido consolidar las conquistas sociales y políticas en la conciencia y el ideario simbólico de los más vulnerados. El resto, sigue siendo la puja por el poder, por el reparto de la torta. Es cierto también, que el sistema político, ha sido en gran parte sorprendido, y lo sigue estando, y neutralizado con astucia por el Poder Real, ese que está detrás del patético payaso libertario, tan libertario que todo lo prohibe. El Poder Real, el artífice e inspirador de este momento, es a quien debemos mirar, analizar y enfrentar, con la razón y con el cuerpo. La crisis de representatividad de toda la clase política es proporcional a la intensidad de este huracán. Pero como dice el dicho... “siempre que llovió paró”. La consigna debería ser la unidad y una claridad que ilumine los objetivos de las mayorías frente a la voracidad del poder concentrado.

Invitado: Fernando Esteche +++++++EDITORIAL+++++++++ Podríamos decir que la interpretación de la geopolítica, es como revelar el acto de ilusionismo. El escenario y las luces intentan presentarle al espectador una realidad cambiada, con peligros inminentes, la necesidad de acciones urgentes y futuros promisorios. Una escena que genera falsa zozobra para que el ilusionista logre su pase de magia. Sin embargo, en el fondo todos sabemos que vamos a presenciar un espectáculo, lo que generalmente no sabemos es la profundidad del engaño y la magnitud de los daños. Cuando un conflicto internacional se desata, sabemos... o intuímos que nos esconden una buena parte de los intereses que lo motivan. La prensa, hoy… remarco: HOY... funciona, por lo general como un sofisticado aparato de propaganda que colabora con el ilusionismo. La información, la información precisa, esa que nos ayuda a obtener una imagen que nos pueda acercar a la comprensión de la realidad, ésa información hay que buscarla, entre las bambalinas, detrás del escenario… En el segundo aniversario de la Guerra “Rusia-Ucrania” ya sabemos que es la guerra de la “OTAN contra Rusia”, y si miramos bien el pase de manos, sabemos que es Estados Unidos contra Rusia y si profundizamos un poco más podemos encontrar algunas de las causas que subyacen a lo que parece obvio. Pero para eso, necesitamos, primero la inquietud de saber que sucede, una segunda reflexión y tratar de buscar por fuera del aparato ilusionista a quienes hacen de la pregunta un ejercicio de investigación. Por eso, nuestro invitado de hoy.