#Editorial #MarcaPazos por @NANCYPAZOS Reinvidicación de la palabra

REIVINDICACIÓN DE LA PALABRA Nos guste o no nos guste, estemos o no de acuerdo con su visión de la realidad hay un dato que es incuestionable: ni un partido de la Selección Argentina logra hoy los 36 puntos de rating que tuvo anoche la presentación del libro de Cristina Fernández. Y eso que en este número no se cuenta a todos los que la vieron por streaming. Es más, nos guste o no nos guste, jamás en la historia de la Feria del Libro, que ya lleva casi medio siglo realizándose, hubo una presentación tan multitudinaria. Pero estos son datos cuantitativos, números, cantidades...que son importantes porque indican, por ejemplo, que el poder de convocatoria de la expresidenta sigue intacto. Hoy, la mejor noticia está construída por otros datos que no se pueden medir en números sino a través de una sutil percepción: el regreso a la palabra. En la presentación de anoche, Cristina dejó de lado ese tono chillón y la retórica del enojo para volver a la palabra que explica, simplemente, cómo deben ser las cosas desde su punto de vista. ¿Es ésta la Cristina real o fue uno de los primeros golpes de efecto de una campaña que, por el momento, es subterránea? La verdad, hoy eso no importa porque lo que vale, insisto, es la reivindicación de la palabra, así lisa y llana, desnuda, escrita en un papel, dicha en tono casi de conversación. Sobre todo hoy que, casi sin darnos cuenta, terminamos sumergidos en un mar de imágenes y pantallas diversas a tal punto que perdimos de vista a los relatos. Hoy que nos alimentamos con emojis que son apenas unas galletitas dulces que nos dejan con hambre de entender y con el intelecto casi en estado de desnutrición. Anoche, nos guste o no nos guste, anoche fue una noche donde la palabra aplacó los cánticos de tribuna. Porque hubo una reivindicación del relato y porque, después de todo, el relato en sí no es tan malo. Dependerá de nosotros lo que hacemos con él ya que afortunadamente pero de manera inevitable estamos condenados a ser las historias que nos contamos. Read more

REIVINDICACIÓN DE LA PALABRA Nos guste o no nos guste, estemos o no de acuerdo con su visión de la realidad hay un dato que es incuestionable: ni un partido de la Selección Argentina logra hoy los 36 puntos de rating que tuvo anoche la presentación del libro de Cristina Fernández. Y eso que en este número no se cuenta a todos los que la vieron por streaming. Es más, nos guste o no nos guste, jamás en la historia de la Feria del Libro, que ya lleva casi medio siglo realizándose, hubo una presentación tan multitudinaria. Pero estos son datos cuantitativos, números, cantidades...que son importantes porque indican, por ejemplo, que el poder de convocatoria de la expresidenta sigue intacto. Hoy, la mejor noticia está construída por otros datos que no se pueden medir en números sino a través de una sutil percepción: el regreso a la palabra. En la presentación de anoche, Cristina dejó de lado ese tono chillón y la retórica del enojo para volver a la palabra que explica, simplemente, cómo deben ser las cosas desde su punto de vista. ¿Es ésta la Cristina real o fue uno de los primeros golpes de efecto de una campaña que, por el momento, es subterránea? La verdad, hoy eso no importa porque lo que vale, insisto, es la reivindicación de la palabra, así lisa y llana, desnuda, escrita en un papel, dicha en tono casi de conversación. Sobre todo hoy que, casi sin darnos cuenta, terminamos sumergidos en un mar de imágenes y pantallas diversas a tal punto que perdimos de vista a los relatos. Hoy que nos alimentamos con emojis que son apenas unas galletitas dulces que nos dejan con hambre de entender y con el intelecto casi en estado de desnutrición. Anoche, nos guste o no nos guste, anoche fue una noche donde la palabra aplacó los cánticos de tribuna. Porque hubo una reivindicación del relato y porque, después de todo, el relato en sí no es tan malo. Dependerá de nosotros lo que hacemos con él ya que afortunadamente pero de manera inevitable estamos condenados a ser las historias que nos contamos. Read less