August 14, 2019 14:10
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El discurso de Macri es el discurso del psicópata: niega y tergiversa lo que podemos percibir por nuestra propia experiencia, lo cual es enloquecedor. Pone a la víctima en el lugar del culpable de su propio sufrimiento, lo cual genera sobre la víctima el efecto de confundirla y deprimirla. No se responsabiliza por sus actos, sino que estos siempre responden a la acción de otros, de la cual es él la víctima inocente. Esto apunta a generar confusión y culpa en la verdadera víctima, y un profundo, demoledor sentimiento de impotencia. ejerce una violencia arrasadora con una sonrisa, con buenas maneras y palabras tranquilizadoras, lo cual adormece, hipnotiza y -nuevamente- confunde: «es por tu bien», dice mientras lastima y destruye. Y muchos/as le creen, porque el arte de la manipulación y la crueldad es la especialidad del psicópata. Pero hay algo con lo que el psicópata no cuenta: ese momento en que empieza a resquebrajarse la ilusión y puede verse, de a poco primero, después con claridad total, la magnitud del daño que está haciéndonos. Ese momento en que las -hasta entonces- víctimas de su juego perverso, se dan cuenta de su propia fuerza. Ese momento es la pesadilla del psicópata. no estamos para nada lejos de ese momento. Read more
El discurso de Macri es el discurso del psicópata: niega y tergiversa lo que podemos percibir por nuestra propia experiencia, lo cual es enloquecedor. Pone a la víctima en el lugar del culpable de su propio sufrimiento, lo cual genera sobre la víctima el efecto de confundirla y deprimirla. No se responsabiliza por sus actos, sino que estos siempre responden a la acción de otros, de la cual es él la víctima inocente. Esto apunta a generar confusión y culpa en la verdadera víctima, y un profundo, demoledor sentimiento de impotencia. ejerce una violencia arrasadora con una sonrisa, con buenas maneras y palabras tranquilizadoras, lo cual adormece, hipnotiza y -nuevamente- confunde: «es por tu bien», dice mientras lastima y destruye. Y muchos/as le creen, porque el arte de la manipulación y la crueldad es la especialidad del psicópata. Pero hay algo con lo que el psicópata no cuenta: ese momento en que empieza a resquebrajarse la ilusión y puede verse, de a poco primero, después con claridad total, la magnitud del daño que está haciéndonos. Ese momento en que las -hasta entonces- víctimas de su juego perverso, se dan cuenta de su propia fuerza. Ese momento es la pesadilla del psicópata. no estamos para nada lejos de ese momento.