June 04, 2020 23:22
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Ante un creciente aumento de los decesos a nivel regional por COVID-19, institutos de investigación, universidades y grupos científicos en Latinoamérica, encaran seguramente la carrera más importante de sus vidas, conseguir una vacuna que logre detener un virus letal. Instituciones como el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y sus aliados en investigación de todo el país, que trabajan de manera interdisciplinar y en red son un ejemplo. Sin embargo, mientras sus esfuerzos se centran en ensayos clínicos, toma de muestras y demás procedimientos de rigor científico, la comunicación de su trabajo está siendo relegado al periodismo y los medios masivos de comunicación. En un momento en el que las fake news y las noticias falsas son la portada de las redes sociales y las publicaciones más compartidas entre amigos y colegas, le preguntamos a un biotecnólogo especialista en nanotecnología aplicada en la salud la importancia de la comunicación, la exploración de vacunas y la responsabilidad de la ciencia en la comunicación de procesos y proyectos. El especialista Jorge Montanari Biotecnólogo e investigador del CONICET nos cuenta cómo cada uno desde su disciplina aporta a las investigaciones en las que trabaja el CONICET y como percibe su trabajo en el contexto actual. </p> Actualmente y según la misma institución, el CONICET tiene más de 10 mil investigadores, más de 11 mil becarios de doctorado y postdoctorado, más de 2.600 técnicos y miembros de la Carrera de Personal de Apoyo a la investigación y aproximadamente 1.500 administrativos. Trabajan distribuidos a lo largo del país -desde la Antártida hasta la Puna y desde la Cordillera de los Andes hasta el Mar Argentino- en sus 15 Centros Científicos Tecnológicos (CCT), 11 Centros de Investigaciones y Transferencia (CIT), un Centro de Investigación Multidisciplinario y más de 280 Institutos y Centros exclusivos del CONICET y de doble y triple dependencia con universidades nacionales y otras instituciones. Read more
Ante un creciente aumento de los decesos a nivel regional por COVID-19, institutos de investigación, universidades y grupos científicos en Latinoamérica, encaran seguramente la carrera más importante de sus vidas, conseguir una vacuna que logre detener un virus letal. Instituciones como el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y sus aliados en investigación de todo el país, que trabajan de manera interdisciplinar y en red son un ejemplo. Sin embargo, mientras sus esfuerzos se centran en ensayos clínicos, toma de muestras y demás procedimientos de rigor científico, la comunicación de su trabajo está siendo relegado al periodismo y los medios masivos de comunicación. En un momento en el que las fake news y las noticias falsas son la portada de las redes sociales y las publicaciones más compartidas entre amigos y colegas, le preguntamos a un biotecnólogo especialista en nanotecnología aplicada en la salud la importancia de la comunicación, la exploración de vacunas y la responsabilidad de la ciencia en la comunicación de procesos y proyectos. El especialista Jorge Montanari Biotecnólogo e investigador del CONICET nos cuenta cómo cada uno desde su disciplina aporta a las investigaciones en las que trabaja el CONICET y como percibe su trabajo en el contexto actual. </p> Actualmente y según la misma institución, el CONICET tiene más de 10 mil investigadores, más de 11 mil becarios de doctorado y postdoctorado, más de 2.600 técnicos y miembros de la Carrera de Personal de Apoyo a la investigación y aproximadamente 1.500 administrativos. Trabajan distribuidos a lo largo del país -desde la Antártida hasta la Puna y desde la Cordillera de los Andes hasta el Mar Argentino- en sus 15 Centros Científicos Tecnológicos (CCT), 11 Centros de Investigaciones y Transferencia (CIT), un Centro de Investigación Multidisciplinario y más de 280 Institutos y Centros exclusivos del CONICET y de doble y triple dependencia con universidades nacionales y otras instituciones.