EL BIEN Y EL MAL DEFINEN POR PENAL, por Marcela Colcerniani

En este presente distópico, para los pueblos del mundo entero la única certeza es la incertidumbre. A diario, desde el poder real nos ofrecen mentira por verdad, envuelta en el packaging de fantasía que provee la IA, mientras el bien y el mal definen por penal, con un referí tuerto, y el VAR arreglado. Se ha incorporado como hecho cotidiano, una guerra genocida en la franja de Gaza. Se naturaliza la crueldad en el trato hacia los migrantes. Pocas almas buenas manifiestan solidaridad y escándalo frente al ensañamiento de USA contra los extranjeros. En este clima de época, la gran epopeya de ficción que ha logrado la atención del mundo es la obra de Héctor Germán Oesterheld, que relataba esa tragedia tan argentina y latinoamericana en ciernes a fines de los años ’50, anticipatoria del horror aun peor que sobrevendría sobre los 30.000 entre quienes estaba Oesterheld y su flía. Como perfecta metáfora, hoy, Argentina atraviesa su peor crisis económico social, merced las políticas de ajuste sostenidas en una deuda externa contraída en forma ilegal, con anuencia del FMI. Milei y sus cómplices vinieron a lotear el territorio nacional y sus recursos para convertirnos en poco más que una semi colonia. Las calles son el lugar en disputa. Vienen siendo ocupadas por decenas de movilizaciones, a lo largo y ancho del país, ninguneadas. Duro aprendizaje el del pueblo, que se da en la marcha, y tiene el signo de la unidad, la solidaridad, y la organización. Más que nunca, el destino es forjar la unidad sincera y leal, o ser dominados. Quien quiera oir, que oiga. Nuestro pueblo, lo empieza a comprender. Se yergue a la sombra de la dignidad de las Madres. De las jubiladas y los jubilados de los Miércoles. De las trabajadoras y trabajadores que, apenas el 30 de abril, demostraron una contundencia que no se pudo ocultar. Contra tanto dolor, el FOTOPERIODISTA Pablo Grillo empieza a dar signos de recuperación. El mismo día que apalearon al Padre Paco junto a los jubilados, el día en que se cumplió un aniversario del natalicio de Evita Perón de los Milagros, se cayó en el Congreso el proyecto destinado a proscribir a Cristina. Poco interesa si fue un traspié de LLA, o, si en su perversidad, Milei prefirió inmolar a los suyos en una sesión para el fracaso. No pudieron proscribir a la más importante líder popular de este tiempo, perseguida con una causa inventada, y a quien quisieron asesinar. No es poco. Apenas un día después, para no ser menos, la gente de fe dice que Francisco hizo de las suyas. Vale para dimensionar la figura del extinto Papa Francisco, que, en este contexto, haya conseguido que gran parte de los pueblos del mundo vivan con esperanza la continuidad de su obra que pueda realizar León XIV, consagrado Papa el día de la Virgen de Luján, patrona de Argentina. Nuevamente, la esperanza se enciende, como una llamita, que habrá que cuidar, y ensanchar, entre todos y todas. Solo el pueblo salvará al pueblo. Leer más

En este presente distópico, para los pueblos del mundo entero la única certeza es la incertidumbre. A diario, desde el poder real nos ofrecen mentira por verdad, envuelta en el packaging de fantasía que provee la IA, mientras el bien y el mal definen por penal, con un referí tuerto, y el VAR arreglado. Se ha incorporado como hecho cotidiano, una guerra genocida en la franja de Gaza. Se naturaliza la crueldad en el trato hacia los migrantes. Pocas almas buenas manifiestan solidaridad y escándalo frente al ensañamiento de USA contra los extranjeros. En este clima de época, la gran epopeya de ficción que ha logrado la atención del mundo es la obra de Héctor Germán Oesterheld, que relataba esa tragedia tan argentina y latinoamericana en ciernes a fines de los años ’50, anticipatoria del horror aun peor que sobrevendría sobre los 30.000 entre quienes estaba Oesterheld y su flía. Como perfecta metáfora, hoy, Argentina atraviesa su peor crisis económico social, merced las políticas de ajuste sostenidas en una deuda externa contraída en forma ilegal, con anuencia del FMI. Milei y sus cómplices vinieron a lotear el territorio nacional y sus recursos para convertirnos en poco más que una semi colonia. Las calles son el lugar en disputa. Vienen siendo ocupadas por decenas de movilizaciones, a lo largo y ancho del país, ninguneadas. Duro aprendizaje el del pueblo, que se da en la marcha, y tiene el signo de la unidad, la solidaridad, y la organización. Más que nunca, el destino es forjar la unidad sincera y leal, o ser dominados. Quien quiera oir, que oiga. Nuestro pueblo, lo empieza a comprender. Se yergue a la sombra de la dignidad de las Madres. De las jubiladas y los jubilados de los Miércoles. De las trabajadoras y trabajadores que, apenas el 30 de abril, demostraron una contundencia que no se pudo ocultar. Contra tanto dolor, el FOTOPERIODISTA Pablo Grillo empieza a dar signos de recuperación. El mismo día que apalearon al Padre Paco junto a los jubilados, el día en que se cumplió un aniversario del natalicio de Evita Perón de los Milagros, se cayó en el Congreso el proyecto destinado a proscribir a Cristina. Poco interesa si fue un traspié de LLA, o, si en su perversidad, Milei prefirió inmolar a los suyos en una sesión para el fracaso. No pudieron proscribir a la más importante líder popular de este tiempo, perseguida con una causa inventada, y a quien quisieron asesinar. No es poco. Apenas un día después, para no ser menos, la gente de fe dice que Francisco hizo de las suyas. Vale para dimensionar la figura del extinto Papa Francisco, que, en este contexto, haya conseguido que gran parte de los pueblos del mundo vivan con esperanza la continuidad de su obra que pueda realizar León XIV, consagrado Papa el día de la Virgen de Luján, patrona de Argentina. Nuevamente, la esperanza se enciende, como una llamita, que habrá que cuidar, y ensanchar, entre todos y todas. Solo el pueblo salvará al pueblo. Leer menos